El uso de las células fotoeléctricas, descubiertas en el siglo XIX, es tan habitual hoy en día, que probablemente no seamos conscientes de su utilización en todos los aparatos y equipos de nuestra vida cotidiana. En Maresa Electricidad, contamos con un amplio catálogo de productos relacionados con las células fotoeléctricas.
Aunque el invento fue probado por primera vez por Edmond Becquerel, es Albert Einstein uno de los que la popularizó, ya que patentó la cámara fotográfica automática para ajustar los niveles de luz ambiental, como se hace en las cámaras de hoy en día.
¿Cómo funciona? En la cámara se instala un mecanismo con una célula fotoeléctrica que impulsa un eje conectado a pantallas de transparencia variable. Por lo que, depende de la intensidad de la luz el nivel de ajuste que tendrá la pantalla que se sitúa delante de la lente.
Hace un par de años, en México, una investigadora patentó las células fotoeléctricas tándem, que convierten las ventanas en paneles solares y que son un 30% más económicas.
¿En qué consiste la célula fotoeléctrica tándem? La célula tándem tiene la capacidad de captar la energía luminosa y recargar aparatos electrónicos, pero con la cualidad de que es transparente, lo que permite ver a través de ella. Por éso su uso en ventanas.
Omega, la firma suiza de relojes de lujo, da un uso de las células fotoeléctricas muy mediático, ya que a través de ellas mejora su tecnología para asegurar la precisión en el cronometraje.
De hecho, en los pasados Juegos Olímpicos de Invierno, de Pieonchang 2018 fue la cronometradora oficial.
En este vídeo se puede observar cómo funcionan las células fotoeléctricas en la tecnología que utiliza OMEGA.
La implementación de esta tecnología nos permite que no estemos pendientes de las luces, ya que funciona con a través de sensores de células fotoeléctricas que se encargan de medir la luminosidad. Ellas envían la indiciación para encender las luces en condiciones de noche o disminución de visibilidad.
Por lo general, en las farolas, suelen estar en la parte superior y son las encargadas de encenderlas al irse la luz solar.
Según diferentes estudios, a se están realizando pruebas en las que se implantan células fotovoltaicas debajo la dermis de los paciente, con el objetivo de «absorber» energía y continuar con el correcto funcionamiento de diversos implantes médicos, como pueden ser los marcapasos o algunos estimuladores cerebrales, lo que evitaría el consumo de pilas/baterías, con sus consecuentes ventajas y ahorro.
Y es que, según los estudios, bastarían apenas poco menos de 4 cm cuadrados para que se genere la suficiente energía eléctrica que necesita un marcapasos medio.
El uso de las células fotoeléctricas en el gran consumo también es habitual. Existen empresas que ubican células fotoeléctricas en los pasillos de sus tiendas, para contabilizar el número de clientes que pasan por esa zona. Con esos datos, es posible saber cuál es el pasillo más utilizado, para ubicar productos con poca venta o para «promover» a las marcas un espacio porque el que se aseguren un alto índice de tráfico.
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Luis
27 Nov, 2018
Gracias por la informacion